La inteligencia artificial (IA) se ha integrado en nuestra vida diaria: pronosticar el clima, recomienda música o películas, filtra la publicación … pero este omnipresente plantea una pregunta: nos aumenta como humanos o solo me hace vehículos de me vehículos para máquinas?
Pensamiento crítico y creatividad: el humano irremplazable
Nuria Oliver enfatiza que la IA, aunque las tareas rutinarias automatizadas, son indispensables para el juicio crítico y la creatividad de los humanos para usarla correctamente. Este roles de simbiosis recientemente definidos: dejamos el trabajo mecánico para centrarnos en aspectos estratégicos, empáticos o inventivos.
El artículo advierte varios riesgos: la IA puede violar la privacidad, ser menos transparente, discriminar o tener una alta huella de CO2. Obligando estos desafíos para desarrollar regulaciones, desarrollar investigaciones independientes y aplicar criterios de sostenibilidad en cada proyecto IA.
Educación: la base del uso consciente
Para que la IA nos haga más personas, es la clave para educar en creatividad, pensamiento crítico y análisis éticos. No es suficiente dominar la tecnología. También tenemos que entender sus efectos sociales y culturales.
Sociedad y dependencia tecnológica
Otros expertos advierten que la IA puede conducir a una dependencia pasiva, donde la comodidad se agota y la creatividad pierde el terreno. El peligro no es tanto en la inteligencia de las máquinas, sino en la atrofia de la inteligencia humana.
Los paradigmas modernos como el «humanismo digital» deberían centrarse en las personas. Joan Clotet, un pionero en esta área, realiza una tecnología que respeta la dignidad y estimula el crecimiento personal
Una tecnología que se humaniza o no
La IA puede ser un aliado para ayudar a las personas a ser más empáticas, creativas y críticas. Pero debe usarse con responsabilidad: la transparencia, la ética, la sostenibilidad y la educación son esenciales. Si no, nos arriesgamos a delegar nuestro juicio, cuestionar y perder paradójicamente lo que realmente nos hace humanos.
