El debate sobre el origen del virus SARS-CoV-2, que ha sido identificado como la causa de la pandemia Covid-19, ha tomado un nuevo giro significativo con las recientes declaraciones del neuropsiquiatra argentino Gabriel de Erausquin. Este profesional de la salud mental y la neurociencia ha estado involucrado en un consorcio de investigación internacional que se ha dedicado a investigar diversos aspectos de este virus y su impacto en la salud humana.
De Erausquin afirmó de manera categórica que ha surgido nueva evidencia que respalda la teoría de que el virus SARS-CoV-2 no es de origen natural, sino que, en cambio, fue creado en un laboratorio en la ciudad de Wuhan, China. Esta afirmación ha generado un gran revuelo en el ámbito científico y ha reavivado debates que muchos pensaban que estaban cerrados.
Para sustentar su argumento, el investigador se remite a las primeras publicaciones del virólogo chino Li Meng Yan. Esta científica advirtió desde Shanghai sobre la naturaleza «sintética» o «semiemia» del virus coronario. Sus estudios iniciales han suscitado tanto interés como controversia, y De Erausquin considera que proporcionan una base sólida para cuestionar las narrativas establecidas que han tratado de minimizar la posibilidad de un origen de laboratorio.
Deficiencias de seguridad y financiamiento de BIOS
Según el especialista, esta hipótesis ha recibido confirmación a través de encuestas realizadas por equipos independientes en los Países Bajos y el Reino Unido. Estos grupos de investigación han llegado a conclusiones similares que sugieren que la proteína del SARS-CoV-2 podría haber sido manipulada en un entorno de laboratorio. El investigador sostiene que este proceso no fue accidental, sino que fue parte de un proyecto mayor que tenía como objetivo desarrollar una vacuna contra el virus, aunque las condiciones en el laboratorio de Wuhan eran «catastróficas» en términos de bioseguridad.
El Dr. Erausquin también agregó que actualmente hay más claridad sobre quién financió la investigación y quiénes eran los investigadores involucrados. Según él, esta información se puede encontrar en el sitio web oficial de la Casa Blanca. Sin embargo, la cuestión de cómo el virus logró comenzar su circulación y propagar entre la población mundial sigue siendo un enigma que necesita mayor investigación y esclarecimiento.
En un giro igualmente interesante, De Erausquin también ha enfatizado los últimos hallazgos que sugieren una posible relación genética entre Covid-19 a largo plazo y la enfermedad de Alzheimer. Esto implica que la infección por SARS-CoV-2 podría desencadenar o acelerar síntomas cognitivos similares a los de Alzheimer en personas mayores que ya tienen una predisposición genética hacia esta enfermedad. Este aspecto de sus hallazgos abre la puerta a investigaciones futuras que podrían vincular de manera más concreta las consecuencias neurológicas del virus con enfermedades neurodegenerativas ya conocidas.