La primera actuación en el juramento del único cardenal colombiano que participa en el cónclave para elegir al Papa
 
													Hoy, 7 de mayo, un significativo acontecimiento se lleva a cabo en el Vaticano, donde se inicia el cónclave para elegir un nuevo papa. En este proceso trascendental, Santander Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y el único cardenal de Colombia con derecho a voto, ocupa una posición crucial, apareciendo en el excitante Número 89 de la lista de cardenales. Este cónclave está rodeado de una atmósfera de expectación mundial, ya que la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica impacta a millones de fieles alrededor del globo.
El arzobispo Rueda Aparicio, un destacado representante del clero colombiano, tomó un profundo compromiso en este proceso. En un solemne acto, se presentó ante la Capilla Sixtina, donde, al colocar su mano sobre el Santo Evangelio, juró mantener la confidencialidad sobre las discusiones que en este cónclave se llevarán a cabo. Este acto es emblemático del profundo sentido de responsabilidad que acompañan a los cardenales en la elección.
Monseñor Luis José Rued Aparicio, Foto Mauricio Moreno Ceet Tiempo Foto:Tiempo Mauricio Moreno
Nacido en la encantadora región de San Gil, Santander, el arzobispo Rueda Aparicio ha tenido una vida marcada por sacrificios y dedicación. Prometió ante Dios y el mundo mantener una reserva absoluta durante este cónclave, un compromiso que refleja la seriedad del momento histórico en el que se encuentra.
Su juramento fue claro y solemne: «Prometo, forzado y juro, por lo que Dios me ayuda y a los Santos Evangelios en los que pongo mi mano…», manifiesta el arzobispo.
Un total de 133 cardenales participan en este proceso crucial, destacando la presencia de Rueda Aparicio en el puesto 89 en la lista de votantes. La historia de este cardenal es fascinante, fusionando lo espiritual con su vida personal.
¿Quién es el arzobispo colombiano con derecho a voto en el cónclave?
Desde su infancia, Rueda Aparicio ha tenido una conexión con la tierra a través de su trabajo como carpintero. Creció en un hogar en el que ayudó económicamente a su familia de 14 miembros. Entre sus 12 hermanos, la necesidad de colaborar fue inculcada desde temprana edad. Aunque las condiciones eran difíciles, trabajaba junto a su madre para mejorar su situación familiar. «A veces parecía explotación, pero valió la pena el esfuerzo», señala el arzobispo.
En su juventud, Rueda se enamoró de una mujer que compartía su pasión por el fútbol, siendo él hincha del Atlético Bucaramanga mientras ella lo era del Santa Fe. Aunque la relación fue hermosa, también enfrentaron diferencias en sus gustos. Sin embargo, esto no mermó su espíritu.
Antes de dedicarse plenamente a la vida religiosa, Rueda Aparicio sirvió en el Ejército Nacional. Se graduó de sus estudios de licenciatura en noviembre de los años ochenta, y poco después, se unió al ejército en La Guajira. En una emotiva entrevista, confesó que «lloré todos los días», recordando los momentos difíciles que vivió como soldado a tan corta edad.
La vida de Rueda Aparicio cambió de rumbo a los 19 años, cuando decidió entregarse a Cristo. Aunque siempre había tenido una conexión espiritual, su vida tomó un nuevo significado. Trabajando en un laboratorio de cemento, sintió la fuerte llamada hacia el sacerdocio.
Desde entonces, su vida se ha desarrollado en un profundo compromiso con Dios y su comunidad. Rueda Aparicio, a pesar de no contar con estudios de especialización, ha trabajado arduamente en su ministerio. En 2023 recibió una carta del Papa Francisco a la edad de 61 años, invitándolo a formar parte de la Escuela Cardenalicia, lo que lo posicionó como uno de los votantes en este cónclave histórico.
Su experiencia en la iglesia ha sido amplia, desempeñándose en distintas posiciones como obispo de Montelíbano y arzobispo de Bogotá y Popayán.
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SSE comenzó la actividad del cónclave Foto:
 
                         
						 
						 
						 
						 
						 
								
 
				 
				