La desmanteló bajo los efectos de Yagéen y reconoció que quería «liberar» a su víctima
La carga de Macabro -Witness revela detalles de enfriamiento sobre el crimen que ocurrió durante el ritual con Ayahuasca.
En un caso que ha generado una mezcla de horror y confusión, un espantoso crimen tuvo lugar en Yurimaguas, Perú. El ucraniano Iván Kuzmín, de 36 años, fue sentenciado a nueve meses en detención preventiva tras haber cometido el asesinato de su compatriota ruso, Liudmila Liudmila. Este caso ha dejado a la comunidad perpleja y conmocionada, especialmente considerando las circunstancias sombrías que rodean el crimen.
El incidente ocurrió en un centro de curación donde ambos, Kuzmín y Liudmila, estaban participando de una ceremonia de ayahuasca, una práctica tradicional que es cada vez más popular en varias partes del mundo por sus supuestos beneficios espirituales y curativos. Sin embargo, lo que debería haber sido una experiencia de sanación se tornó en una pesadilla. Después de consumir la ayahuasca, Kuzmín supuestamente se entregó a una serie de alucinaciones que lo llevaron a cometer el atroz acto.
Un video que se ha vuelto viral muestra a Kuzmín admitiendo su culpabilidad en el crimen, declarando que se encontraba bajo los efectos de las bebidas alucinógenas. Durante su declaración, mencionó que actuaba con la intención de «liberar el alma» de Lazarenko tras haber sentido una «mala energía» durante el ritual. Su frialdad al relatar los hechos ha dejado a muchos atónitos; describe vívidamente cómo, tras consumir un hongo alucinógeno, sintió que un espíritu maligno le ordenaba llevar a cabo el asesinato y ocultar el cuerpo de su compañero de ceremonia.
La víctima, Liudmila, había estado buscando tratamientos naturales en el centro «dos mundos», donde había estado en compañía de Kuzmín durante varios meses. Testigos de los hechos narraron que se escuchó una fuerte discusión antes del crimen, y que vecinos locales fueron quienes arrestaron a Kuzmín cuando lo vieron tratando de deshacerse del cuerpo, tras haber llamado a la policía para informar del incidente. Esta intervención oportuna probablemente ayudó a evitar que la situación se tornara aún más trágica.
En la escena del crimen, la policía descubrió no solo el cuerpo de Lazareko, quien presentaba graves lesiones cerebrales, sino también evidencias de consumo de drogas que podrían haber influido en la conducta errática de Kuzmín. En su declaración a la autoridad policial, Kuzmín no solo admitió su culpabilidad sino que también expresó un entendimiento de la gravedad de sus acciones. Afirmó que su destino merecía ser la muerte por el crimen que había cometido, una reflexión que ha generado más preguntas sobre su estado mental y las circunstancias que rodearon el proceso que lo llevó a tal extremo.
Es importante mencionar que la víctima dejó atrás a dos hijas y a su esposo en Tailandia, lo que añade una capa de tragedia a este horrendo suceso. Este caso seguramente se convertirá en objeto de análisis psicológico y social, mientras la comunidad busca entender los elementos que convirtieron un ritual de curación en un crimen tan horrible.
