Jhesica Quintero, una estudiante de Antioquia, que viajó para ese cuidado de Cartaagen y fue asesinado

Era un sábado tranquilo hasta que, a eso de las 3:45 de la tarde del 19 de abril, el sonido estruendoso de disparos rompió con la calma de quienes transitaban por Cerca del cementerio Gardines de Paz, en el tronco oeste, en Cartagena. Un instante fatídico que transformó la rutina diaria en un escenario de horror.
En cuestión de segundos, la algarabía se desvaneció. En el separador de la carretera yacía el cuerpo sin vida de una joven, tendida junto a una motocicleta destrozada, mientras otra mujer a su lado mostraba una expresión de desconcierto y terror. La víctima fue identificada como Jhesica Quintero Duque, una mujer de 29 años originaria de Antioquia, quien nunca regresó a su hogar.
Jhesica se encontraba en la etapa final de su formación académica, siendo estudiante de ingeniería industrial en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAG). Estaba a punto de alcanzar una de las metas más importantes de su vida cuando un viaje a Cartagena, aparentemente para un asunto personal, culminó en esta terrible tragedia. Sus seres queridos, devastados, se encuentran sumidos en la confusión y el dolor, sin lograr encontrar consuelo ni respuestas. Jhesica tenía planeado regresar a su hogar en el corregimiento de Danta, en la comuna de los hijos, donde su familia la esperaba ansiosamente esa misma tarde.
Ataque sicarial: crimen rápido, preciso e impune
Jhesica Quintero Duque, asesinada en Cartagena Foto:Redes sociales
De acuerdo con el reporte de la policía metropolitana de Cartagena, la joven se desplazaba en una motocicleta junto a otra mujer cuando fueron alcanzadas por dos sujetos que también iban en otra motocicleta. Estos individuos se acercaron rápidamente y uno de ellos sacó un arma, disparando sin mediar palabra.
Uno de ellos disparó a quemarropa, resultando en cuatro balas que acabaron con la vida de Jhesica. La otra mujer resultó ilesa. Hasta el momento, se desconoce su identidad así como el vínculo que tenía con Jhesica.
Los testigos, paralizados por el miedo y el horror de la situación, sólo pudieron observar cómo las autoridades comenzaban a realizar el levantamiento del cadáver. Las unidades del CTI de la Fiscalía y la Policía Nacional fueron las encargadas de llevar el cuerpo y de iniciar las primeras diligencias.
Afuera de ese proceso técnico, la incertidumbre y el vacío dejados por este acto violento quedaron flotando en el aire, sin respuesta inmediata para los familiares que buscaban entender lo sucedido.
Jhesica, quien no tenía hijos ni pareja, según lo confirmado por su círculo más cercano, era la mayor de dos hermanos, una joven ejemplar, enfocada en sus estudios y con sueños claros para su futuro. Su familia enfatiza que su vida no estaba vinculada a ninguna situación que pudiera justificar un ataque de tal gravedad.
No tenía enemigos ni había recibido amenazas. «No sabemos quién pudo haber perpetrado esto o por qué ocurrió. Todo parece tan confuso. Tal vez solo fue un error, un error trágico», reflexionó un familiar.
La investigación está progresando
Jhesica Quintero Duque, asesinada en Cartagena Foto:Redes sociales
Las autoridades están explorando todas las hipótesis posibles. En una ciudad como Cartagena, donde el sicariato sigue siendo uno de los métodos de asesinato más comunes, cada detalle cuenta.
De acuerdo con las cifras oficiales, hasta ahora en el primer semestre de 2025 se han registrado 80 homicidios en la ciudad, 60 de ellos atribuidos a sicariatos. Aunque esta cifra representa una disminución en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando se registraron 89 asesinatos, los números todavía son alarmantes, y las víctimas suelen ser en su mayoría jóvenes. Muchos de estos casos continúan sin esclarecer.
El caso de Jhesica resulta especialmente impactante debido a la aparente ausencia de motivos criminales. No existen antecedentes ni indicios de amenazas. Era simplemente una mujer joven que se encontraba en el camino para convertirse en una profesional, cuya vida fue truncada por una bala que no estaba destinada a ella. El dolor que ello provoca en su familia es inaceptable, especialmente ante la posibilidad de que este suceso podría haber sido un error.
Duelo en el Danta y el recuerdo de una vida truncada
Jhesica Quintero Duque, asesinada en Cartagena Foto:Redes sociales
En El Danta, su comunidad natal, la noticia ha impactado con una fuerza devastadora. La comunidad que la conoció y que fue testigo de su crecimiento se encuentra en un luto colectivo. Amigos, vecinos y familiares rememoran a Jhesica como una persona educada, inteligente y siempre dispuesta a superarse.
«Siempre pensó en cómo avanzar, cómo ayudar en casa. Era una mujer tranquila y dedicada. No comprendemos por qué ocurrió esto«, expresó un familiar durante el funeral, al que asistieron decenas de personas.
Mientras la investigación sigue su curso, el vacío que deja su ausencia se siente profundamente, resaltando la cruel realidad de la violencia urbana, que nuevamente exhibe su rostro feroz: un crimen que arrebata el futuro sin ofrecer respuestas, dejando a unas familias a merced de una guerra sin fin.
La familia de Jhesica clama por justicia, elevando un grito desesperado de una madre que ya no podrá abrazar a su hija, que no podrá celebrar sus logros, sumida en la impunidad ante un acto inexcusable.