El domingo por la noche, 4 de mayo, la policía metropolitana del valle de Aburrá recibió un informe crítico que señalaba una pelea en casa en el Corregimiento de San Antonio de Prado. Esta situación había escalado hasta el punto de generar preocupaciones sobre una supuesta venta en bienes raíces. Los vecinos del área se habían alarmado por los sonidos de la discusión que provenían de esta residencia en particular.
Las autoridades se trasladaron a 52 South Street con 58b de la carrera del vecindario Limonar 2, donde habían recibido múltiples advertencias de residentes preocupados. Los vecinos reportaron que desde la vivienda se oían gritos y ruidos de una fuerte disputa, lo que llevó a las fuerzas del orden a investigar la situación.
Riña terminó en tragedia
No obstante, ¿qué sucedió realmente en la escena? En el momento que una patrulla policial, originaria de la estación del Corregimiento, llegó a la vivienda, el escándalo de la discusión se había calmado. A pesar de las señales de alerta, los policías tocaron la puerta para intentar establecer contacto con los moradores. No obtuvieron respuesta; por lo tanto, luego de unos minutos, decidieron ingresar a la propiedad.
En esta casa del Corregimiento en San Antonio de Prado tuvo lugar el crimen.
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Al ingresar, los oficiales encontraron una escena alarmante. En el interior de la vivienda, entre un charco de sangre y con múltiples heridas de bala, la policía descubrió a Yuliana Catherine Vargas Giraldo, de 35 años. A unos pocos metros de ella, también yacía sin vida su esposo, John Jair Becerra Valoyes, de 43 años, quien era un exmilitar pensionado.
Según los primeros reportes de las autoridades, la discusión que se escuchaba en la casa transcurrió alrededor de las 20:30. La tensión entre la pareja alcanzó su clímax, y se supone que esto llevó a Becerra a desenfundar un arma de fuego. En un arranque de furia, disparó contra Vargas, hiriéndola mortalmente, primero en el pecho y luego en la cabeza.
Posteriormente, y de acuerdo con testimonios de investigadores del CTI, el exmilitar se dirigió a su propia cabeza y se disparó, poniendo fin a su propia vida.
«Mi primo sufrió mucho»
El comandante de la Policía Metropolitana, el general de brigada William Castaño, indicó que las autoridades están avanzando con investigaciones detalladas para esclarecer los motivos detrás de esta discusión que culminó en un desenlace tan trágico. Durante las indagaciones, se reveló que en 2013, cuando Yuliana tenía 23 años, había interpuesto una demanda abierta contra el Ejército Nacional y el Ministerio de Defensa Nacional. Esta acción legal fue finalmente desestimada por el Tribunal Constitucional.
La investigación de la trágica situación continúa.
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Además, este medio ha tenido acceso a los testimonios de un pariente de Vargas Giraldo, quien expresó: «Mi primo sufrió mucho, espero que las mujeres nunca se encuentren con este tipo de hombres, pues son realmente peligrosos. Ahora la familia sufre, era una mujer y madre excepcional.«
Nicolás Tamayo Escalante
Periodista nacional, en Medellín.
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