El otro juego: ¿Cómo mueve el fútbol la economía y la ciudad? – Primer plano

Con una industria que mueve más de 1.200 millones de pesos al año, el fútbol colombiano es un espectáculo de tamaño. Con estadios con muy buenas concurrencias, clubes históricos y una creciente cadena de producción, es un poderoso eje urbano, turístico y comercial en el país y, sobre todo, en ciudades como Bogotá.

En Colombia, el fútbol profesional es una expresión de identidad colectiva. Con el tiempo, también se ha convertido en un estímulo para la economía del país. Desde un objetivo agonizante hasta un Tribune que ruge cualquier domingo, este espectáculo no se limita al marcador: genera empleo, vecindarios activos, atrae al turismo y proyecta una imagen moderna del país. Y Bogotá, con su emblemático estadio Nemesio Camacho, es uno de los corazones más activos de esa dinámica.

La temporada 2024 de Betplay League lo confirma: la asistencia promedio del estadio se mantiene entre 15,000 y 20,000 fanáticos por reunión, con cifras que superan a 30,000 personas en clásicos como Millonarios vs. Santa Fe, Nacional vs. América o Medellín vs. Junior. Son partidos que llenan puestos y también restaurantes, hoteles, tiendas, servicios de transporte y comercio en general. En ciudades como Bogotá y Medellín, estas fechas generan picos de consumo auténticos y dinamismo urbano.

Voy al estadio desde que era niña «, dice Ana María Morales, de 25 años,» «Cuando mi papá heredó su pasión por Santa Fe y, sin saberlo, marcó mi infancia y mi vida. Hoy soy suscriptor, y todos los días del juego, es diferente. Al entrar en el estadio regreso a mis raíces y me emociono como el primer día ».

Este deporte representa una línea clave de la economía nacional. Se estima que mueve más de 1.200 millones de pesos por año, lo que equivale al 0.18% del PIB del país. Solo en las oficinas de boletos, los clubes recaudaron en 2023 más de 200,000 millones de pesos, una cifra que continúa creciendo con la reactivación total del espectáculo de cara a cara. A esto se agregan más de 120,000 millones para los derechos de televisión y alrededor de 300,000 millones para patrocinios con grandes marcas.

Este universo le permite mantener una cadena productiva que genera más de 20,000 empleos, tanto directas como indirectas, en sectores como logística, seguridad, medios de comunicación, tecnología, turismo y servicios.

Casa en Bogotá

Uno de los epicentros de esta activación es el estadio principal en Bogotá, fundado en 1938, y hogar de Millonarios y Santa Fe, dos equipos de historia y raíces que hacen de cada día una celebración urbana. Más que un lugar deportivo, Nemesio Camacho es un símbolo de la ciudad, y su actividad tiene un efecto directo en la economía local. Se estima que un clásico de capital puede representar un impacto económico de más de 10,000 millones de pesos por parte, gracias al movimiento de personas que consumen, mudan y convierten el evento en una experiencia que involucra a toda la ciudad.

En este contexto, una nueva generación de operadores busca transformar la forma en que se gestionan el fútbol y sus escenarios. Este es el caso de Sacia, una compañía que actualmente lidera la operación y la administración del Nemesio Camacho con un compromiso ambicioso: convertir el estadio en un espacio de excelencia, accesible, seguro, moderno y emocionalmente poderoso para los fanáticos de Bogotá y Nacionales. La visión es clara: mejorar la infraestructura, los accesos, la calidad de los servicios y la experiencia general del espectador.

«Queremos que los fanáticos vivan un fútbol de clase mundial, con la calidad que merecen los fanáticos de Bogotá y colombianos. Nuestro objetivo es que Nemesio Camacho es una experiencia memorable cada vez que los millonarios o Santa Fe saltan a la cancha.«, Dice Maurficio Hoyos, CEO de Sendencia. La propuesta va más allá de la fiesta. Busque que el estadio sea una fuente de orgullo, una pieza urbana funcional y un punto de referencia para el turismo deportivo.

Cóctel perfecto

Y el turismo, cuando se combina con el deporte de masa, se convierte en un activo de alto valor. Se estima que el turismo deportivo genera más de 100,000 millones de pesos anualmente en Colombia, con Bogotá, Medellín y Barranquilla como los postes principales. En la capital, cada visitante que viaja para ver un partido deja su huella en la ciudad: en un hotel, en una plaza, en un café cerca del estadio o en una tienda de comercialización.

La dimensión internacional del fútbol colombiano también genera figuras notables. Cada partido del equipo nacional colombiano en el Estadio Metropolitano de Barranquilla, por ejemplo, deja un ingreso directo de hasta 30,000 millones de pesos, además de un impacto indirecto que puede exceder los 50,000 millones gracias al turismo, los medios, la restauración y la logística. Cuando los clubes colombianos compiten en torneos como la Copa Libertadores o el sudamericano, la activación se multiplica. Hay más fanáticos en las gradas, más exposiciones, más patrocinadores y más oportunidades para mostrar a Colombia como destino deportivo.

Con los nuevos operadores como Sendencia apostando por modernizar los espacios deportivos más emblemáticos del país, el fútbol vernácula ingresa a una nueva etapa, en la que el deporte y el desarrollo caminan de la mano. En cada objetivo, en cada clásico, en cada juego completo, el futuro de una industria que no solo vive de la pelota también se juega, sino de lo que se vuelve a la alrededor.

Nota recomendada: toman el junior de Boca de la Copa Mundial del Club