Donald Trump celebra las armas en Gaza y está involucrado en un ambicioso plan de paz que puede definir su herencia en Medio Oriente. – Primer plano
El presidente estadounidense, Donald Trump, obtuvo esta semana una importante victoria diplomática tras anunciar un acuerdo armamentista en Gaza, acompañado de la liberación de rehenes prevista para las próximas 72 horas. El anuncio fue presentado como un paso decisivo hacia lo que el presidente describió como «el comienzo de una paz duradera» en la región.
El plan, según la Casa Blanca, incluye el desarme completo del grupo islamista Hamás, así como el establecimiento de una nueva autoridad en Gaza que excluya a esta organización. Para consolidar su propuesta, Trump iniciará la próxima semana una gira por Oriente Medio, con escalas confirmadas en Egipto e Israel, en lo que sus asesores han denominado una «Gira de la Victoria».
Además, Estados Unidos distribuirá tropas en funciones de seguridad y apoyo logístico en la Franja de Gaza, con el objetivo de facilitar la reconstrucción del enclave, gravemente dañado por los últimos enfrentamientos. Washington también ha solicitado apoyo financiero y político a sus aliados árabes para incrementar el proceso de recuperación.
Sin embargo, a pesar del tono triunfal del anuncio, los expertos políticos internacionales advierten que el acuerdo enfrenta importantes obstáculos. La ausencia de detalles concretos sobre la implementación del plan, el persistente rechazo de sectores palestinos y las complejas dinámicas regionales pueden obstaculizar seriamente su implementación.
«Hablar de desarme de Hamás y de una nueva autoridad en Gaza sin su participación suena bien en teoría, pero requiere una arquitectura política y militar extremadamente compleja», afirmó un analista del International Crisis Group. «Y hasta ahora esa arquitectura no ha sido explicada».
Otra incógnita clave es el compromiso a largo plazo de Trump. El presidente, conocido por su reticencia a la diplomacia a largo plazo y a los detalles técnicos, podrá adelantar el seguimiento del acuerdo cuando hayan pasado las primeras euforias y las imágenes de su esperada visita a la región.
Pese a las dudas, la Casa Blanca insiste en que esta iniciativa marca un punto de inflexión y que el presidente está decidido a dejar una huella histórica en uno de los conflictos más persistentes del mundo.
«Esto no es sólo un arma. Es el comienzo del fin de décadas de violencia». Trump explicó en un discurso desde la Oficina Oval. Pero, como suele ocurrir en Oriente Medio, entre las palabras y la paz real la distancia puede ser muy larga.
