Un alumno de 21 años asesinó a diez personas el martes 10 de junio en una escuela secundaria en Graz, Austria. El joven ingresó a Borg Dreierschützengasse, una institución pública, y abrió fuego a estudiantes y maestros antes de suicidarse en uno de los baños de la escuela.
El ataque ocurrió por la mañana y causó una movilización masiva de unidades de emergencia y fuerzas especiales, que rápidamente evacuó el edificio y transfirieron a una docena de personas heridas a varios hospitales, algunos de ellos en estado crítico. La policía encontró una carta de despedida en la casa del atacante y confirmó que el joven tenía permiso legal para llevar las armas utilizadas.
El gobierno austriaco decidió tres días de dolor nacional y llamó a un minuto de silencio en todos los centros educativos. Las autoridades están investigando si el autor del crimen tenía un nuevo conflicto con el personal escolar o con ex colegas. La masacre, una de las más serias de la última historia del país, reactivó el debate sobre el control de armas en Austria, donde el acceso legal a las armas es amplio.
