Las explosiones frente a la Base Aérea Marco Fidel Suárez, en Cali, tuvieron lugar a las 3:05 a.m. de la tarde del 21 de agosto, recordaron la escalada terrorista en el valle y Kauka, cometida por disidentes de FARC, bajo el mando de «mordida Iván» en el mismo año.
Entonces, el 10 de junio, tres motocicletas de bomba en Cali y Jamundí causaron la muerte de tres personas. Hubo otros ataques, este martes en Cauca. Ambos eventos dejaron más de 80 heridos. Un total de cinco que murieron el 10 de junio murieron de dos policías.
Solo en general, estas acciones sangrientas, que significaban que la ciudad y el suroeste del país, causaron cinco muertos, tres de ellos, civiles, y además de heridos, más de cien personas se vieron afectadas por la influencia y el daño psicosociales en sus hogares, en los que algunos tienen locales comerciales en los primeros pisos.
El equilibrio exacto, de acuerdo con la primera lista universal llevada a cabo en la oficina del alcalde de Cali con el personal del personal del distrito y con el acompañamiento de la unidad de víctimas hasta el 12 de junio, lanza 151.
Según esta primera lista afectiva, se estableció que en el sector de explosión del mango 52 personas tienen diferentes tipos y se registró el daño a 23 casas.
También en el sector de Meléndez, en el que otra motocicleta de bomba fue detonada al piloto, contará 40 bienes inmuebles dañados y 52 personas.
A su vez, en el distrito de Manuel Belttán hay un suministro de 20 familias afectadas y 47 personas con diversos efectos físicos y psicosociales.
