
El municipio de Nuevo Colón, ubicado en el centro del departamento de Boyacá, es el único lugar en Colombia donde la fiesta de Halloween no se celebra el último día de octubre, sino durante todo el mes.e incluso siete meses antes, sus habitantes viven según la icónica fecha.
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Y no es de extrañar. En este poblado de apenas 51 kilómetros cuadrados, ubicado a 45 minutos de Tunja, se encuentra la fábrica de ahuyama en Colombia, que a mediados del décimo mes multiplica su producción y comienza a producirse diariamente.Desde primera hora de la mañana los camiones cargaban hacia todo el país con motivo de una festividad especial.
Nuevo Colón, la ciudad de las calabazas de Halloween en Colombia. Foto:Archivo. TIEMPO
Aunque las cultivan toda su vida, desde hace más de 30 años estas hortalizas de color naranja -similares a las que luego se hicieron famosas por la festividad de origen celta que los inmigrantes irlandeses trajeron a Estados Unidos y de allí se convirtieron en símbolo de la película «Pesadilla antes de Navidad»- se venden al por mayor frente a negocios a la orilla de la carretera que conduce de Tunja a Bogotá, en jurisdicción de Ventaquemada.
Nuevo Colón, la ciudad de las calabazas de Halloween en Colombia. Foto:Archivo. TIEMPO
Pero no sólo se venden en coloridos montones al borde de la carretera; Miles de ellos son cargados cada día durante al menos dos semanas antes del último día de octubre y distribuidos en centros de abasto, supermercados y cadenas minoristas de todo el país, desde donde llegan a hogares, empresas y oficinas como símbolo de la temporada.
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Su precio varía según el lugar donde se vende, pero en Ventaquemada, donde la exhibición de ahuyam o auyam más grande del país queda al costado de la carretera, puedes conseguir desde 3.000 pesos hasta 50.000, dependiendo del tamaño y fecha de compra.
Si bien el cultivo no requiere más insumos que una cantidad adecuada de fertilizante para cada semilla y un deshierbe persistente, requiere mucho espacio porque en promedio crecen 600 de estos frutos por acre y, dependiendo de su tamaño, pesan entre una y 200 libras, u ocho arrobas -lo mismo que una carga de papas-, por lo que deben ser levantados por al menos ocho personas.
Nuevo Colón, la ciudad de las calabazas de Halloween en Colombia. Foto:Archivo. TIEMPO
“Por supuesto que las ahuyamas se cultivan en muchos municipios del país, pero al parecer la suma de características como el clima, la ubicación geográfica y el tipo de tierra de esta bendita tierra es necesaria para que esta hortaliza se produzca en grandes cantidades, literalmente a montones, en Nuevo Colón”, dijo Tito Niampira, quien además de cultivarlas -es decir, ser “ahuyamero”- es concejal de esta comuna llamada la “Capital Frutícola de Colombia” por la alta producción de frutas, especialmente ciruelas. manzanas, peras y melocotones.
Nuevo Colón, la ciudad de las calabazas de Halloween en Colombia. Foto:Archivo. TIEMPO
Esta no es una cosecha exclusiva de octubre. En este pueblo boyacense la planta símbolo de Halloween está plantada a todas horas. La recolección dura siete meses y se puede ver desde lejos en cientos de hectáreas, especialmente en 10 de los 16 caminos. Además de poder usarse como vistosa mascarilla el 31 de octubre, es un alimento muy apetecible por su valor nutricional, propiedades antioxidantes que favorecen la digestión y la salud ocular, es bajo en calorías y rico en fibra, vitaminas A, C y B, además de minerales como potasio, zinc, hierro y magnesio.
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Y como en toda fábrica, aquí cada uno encontrará algo para sí: Candelaria, la más grande de todas (hasta ocho arrobas); la variedad mandarina, de piel más oscura y clara, tamaño mediano pero mejor forma; y Punky, que se utilizan especialmente para decorar mesas y espacios pequeños, se caracterizan por una combinación de amarillo, naranja y verde, con una forma más ancha y aplanada.
Son ocho posadas en total, donde los propietarios colocan hortalizas en varios montones delante de sus locales comerciales, esperando el grito: «¿Cómo conseguir calabazas, cómo conseguir calabazas?», que casi siempre se escucha desde la ventanilla de uno de los vehículos que aparca al pasar para lucir la preceptiva insignia.
Nuevo Colón, la ciudad de las calabazas de Halloween en Colombia. Foto:Archivo. TIEMPO
En algunos de estos lugares incluso hay personas que, con un lápiz y sin forma alguna, dibujan en la calabaza ojos triangulares y una boca con una característica sonrisa, para luego con un cuchillo cortan los trozos marcados, les quitan las semillas y las convierten en una reconocible máscara o farol, que se ha hecho famosa en todo el mundo y es símbolo de la celebración de Halloween o “Día de las Brujas”, cuando niños disfrazados en todo el país salen a pedir dulces en diversas tiendas comerciales.
Nuevo Colón, la ciudad de las calabazas de Halloween en Colombia. Foto:Archivo. TIEMPO
Ahuyama en Nuevo Colón es tan importante que tiene su propio festival: el Festival Ahuyama, durante el cual se realizan concursos en los que la Alcaldía premia al más grande, pesado y mejor decorado. También se realizan conferencias académicas, exposiciones y actividades enfocadas en alimentos de la familia botánica de las cucurbitáceas.
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¿Por qué ahuyama es un símbolo del 31 de octubre?
Halloween es una festividad que tiene sus raíces en la festividad celta conocida como Samhain, y aunque fue traída a Estados Unidos por los irlandeses alrededor de 1840, no fue hasta 1921 que comenzó a ganar popularidad, llegando al cine, y desde allí se extendió con connotaciones a nivel mundial.
Desde entonces, la insignia de esta festividad es la famosa máscara tallada en una calabaza, que tiene sus raíces en la famosa leyenda celta de Jack «Stingy» y su enfrentamiento con Satán.
Nuevo Colón, la ciudad de las calabazas de Halloween en Colombia. Foto:Archivo. TIEMPO
Según la historia, Jack era tan malvado que logró burlar al diablo durante varios años hasta que este lo condenó a ser convertido en un nabo hueco con una llama en su interior para arder para siempre. Posteriormente, la historia se adaptó a uno de los ya famosos ahuyams, que transformados en farolillo decoran varios lugares del mundo para anunciar Halloween.
De esta manera, los llamados Jack-o’-Lantern o Jack’s Lanterns se convirtieron en la identidad de la festividad del 31 de octubre, que aunque la mayoría desconoce su origen, no es que les interese, pues en países como Colombia se asocia con la alegría y la diversión y se asocia con disfraces y dulces.
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Lo cierto es que cada año en la víspera del 31 de octubre la demanda por la colorida verdura crece exponencialmente, pues se dice que en Colombia la fiesta de Halloween no sería tan parecida a la de Estados Unidos si no fuera por la ahuyama de Boyacá y la ahuyama de Nuevo Colón.
Yecid Medina
Tunja, Boyacá
Especialmente para EL TIEMPO
