Cuando era niño, John Cortés levantó la vista. No solo porque sus compañeros de equipo eran más altos para practicar deportes, sino porque siempre soñaba con llegar a algo más. Hoy, a 1.70 metros de altura y con una cartera llena de premios, este diseñador gráfico, se graduó de la Universidad de Nariño, es una de las referencias más notables de diseño en el sur del país.
Su entrenamiento no comenzó en un salón de clases, sino en las canchas de sus amigos, donde vieron juegos de cable, dibujaron de memoria los escudos de los Rockets de Houston o los Pistons de Detroit, y respondieron zapatos con lápiz y papel en la clase de física. Fue allí donde nació su amor por el volumen, la perspectiva y la fuerza visual. Esos primeros golpes fueron su forma de comprender el mundo.
Trabajó durante tres meses para comprar su primer Nike, y no fue solo para la moda: fue un ritual, una aspiración gráfica, una declaración de estilo.
Hoy, Cortés ha sido reconocido por su rediseño de los Nuggets de Denver, campeones de la NBA, inspirados en la geografía de Colorado y sus montañas rocosas. Ha diseñado chips oficiales del carnaval de negros y blanco y ha sido invitado como expositor para hablar sobre el diseño como una herramienta social y cultural.
Completo, creativo y profundamente intuitivo, John Cortés es más que un diseñador: es un cronista visual de su generación y un testimonio que, en pasto, el talento está diseñado con trabajo, memoria y pasión.
