Clase Solar Flare X1.2 afecta la Tierra: ¿Qué sabemos hasta ahora? – Primer plano

Una llama solar intensiva en la clase X1.2 ocurrió el 17 de junio a las 21:49 UTC y creó una fuerte emisión de radiación que influyó en la comunicación de radio de alta frecuencia en varias regiones del planeta. Este fenómeno, uno de los más poderosos dentro de la escala de clasificación solar, ha sido probado e informado por varias agencias científicas, por lo que la comunidad global era consciente de sus posibles efectos.
La principal fuente de esta información es la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOA) a través de su pronóstico climático espacial (SWPC). Este organismo monitorea continuamente la actividad solar y proporciona datos en tiempo real para eventos como llamas y masas coronales, lo que facilita la toma de decisiones para minimizar los efectos tecnológicos y sociales.
Las consecuencias de una antorcha de este tamaño pueden volverse diferentes y significativas. Los efectos más inmediatos incluyen interrupciones en la comunicación por radio de alta frecuencia, especialmente en la aviación marítima y la navegación. Además, los sistemas de posicionamiento global (GPS) pueden ocurrir fallas temporales o pérdidas de precisión. En casos extremos, las redes eléctricas pueden sufrir una sobrecarga y satélites en el riesgo de órbita de daños a sus componentes electrónicos. También es común para las luces del norte del norte y sur en latitudes inusualmente bajas.
Este evento es parte del ciclo solar actual número 25, una fase caracterizada por un aumento en la actividad solar en la que las antorchas de clase x son más comunes. La clasificación X muestra la mayor intensidad en la escala, y un X1.2 representa una considerable explosión de energía. Aunque el pico del ciclo se ha alcanzado a fines de 2024, la actividad solar intensiva se puede continuar unos meses después de los patrones observados en ciclos anteriores.
Las antorchas solares provienen de regiones solares activas Con campos magnéticos complejos y puede ir acompañado de cambios de masa coronal (CME), que son grandes nubes hechas de plasma cargado. Si un CME se dirige a la Tierra, puede interactuar con el campo magnético de la Tierra y causar tormentas geomagnéticas que aumentan los efectos en las tecnologías y los sistemas terrestres.
Fenómenos similares han causado efectos notables en los últimos años. De Por ejemplo, en mayo de 2024, una serie de poderosas antorchas generaron auroras visibles en áreas como Florida y el Caribe. En mayo de 2025, dos antorchas de la Clase X habían influido temporalmente en la comunicación en varias regiones. Estos eventos subrayan la importancia de mantener el monitoreo constante de la actividad solar para anticipar y aliviar sus efectos.
El monitoreo continuo de la actividad solar es fundamental Proteja la infraestructura crítica y garantice la seguridad de las operaciones tecnológicas. Instituciones como NOAA y las agencias espaciales internacionales trabajan juntas para observar las regiones activas del sol y garantizar la llegada de las masas coronales. Gracias a esta vigilancia, es posible llevar a cabo medidas preventivas, como la adaptación de la operación satelital o fortalecer la red eléctrica, lo que minimiza los riesgos asociados con estas potentes ambalance solar.