En el Cazona de Taminango, durante la Onomástica Pasto, el maestro artesanal David Granja se destaca con su trabajo en Tamo, una técnica que ha perfeccionado durante más de 20 años. Sus piezas, hechas a mano con madera tallada y decoradas con fibras de trigo natural, incluyen centros, imágenes, esculturas y figuras decorativas, todo con un significado profundo.
David comenzó su camino en un taller y finalmente se volvió independiente, entrenando su técnica y obteniendo el sello de calidad de Icontec «hecho a mano», que certifica la autenticidad y el valor cultural de su arte.
Aunque reconoce que muchas personas no conocen el esfuerzo detrás de cada creación, David explica que cada figura está impregnada de energía cósmica y naturaleza. Por ejemplo, sus caballos simbolizan viajes y movimiento, conectando el arte con el mundo espiritual.
Su trabajo no solo es decorativo, sino un reflejo de la identidad y la conexión con el territorio de Nariño. Apoyar a los artesanos como David es valorar la cultura y la memoria que se transmite a través de lo que se hizo a mano.